La miopía es un defecto de refracción que se pueden resolver a través de la cirugía refractiva de miopía. Antes de la aparición de esta operación de miopía en la década de los 80, las personas que padecían este defecto visual debían seguir utilizando lentes correctoras (gafas o lentes de contacto) para siempre.
La operación de miopía es un avance significativo, que ha contribuido a mejorar enormemente la calidad de vida de muchas personas desde entonces, permitiéndoles en la mayoría de los casos dejar de utilizar gafas y disfrutar de una visión equivalente a la de un ojo sano.
¿Cómo funciona el ojo humano?
Para comprender en qué consiste una cirugía refractiva para corregir la miopía, primero debemos comprender qué es la miopía y cómo está configurado el ojo humano para permitirnos la visión.
Nuestro ojo funciona de manera similar a como lo hace una cámara fotográfica (en realidad, la cámara fue diseñada a imagen y semejanza del ojo humano): una cámara tiene un objetivo delante –que extendemos o encogemos para enfocar los objetos-, y una película detrás, en la que se reflejan esos objetos que estamos enfocando, y en donde quedarán “fijados” cuando tomemos la fotografía.
Siguiendo esta comparación, en nuestro ojo la función del objetivo la realiza el cristalino del ojo, que es una lente que se sitúa detrás del iris y que precisamente nos ayuda a enfocar la luz y las imágenes en la retina. El cristalino –así como el iris y la pupila- están protegidas por la córnea, que es la parte exterior del ojo y también ayuda a enfocar la luz. El cristalino y la córnea refractan la luz, es decir, desvían los rayos de luz de forma adecuada para que enfocar las imágenes con precisión en la retina.
Y la retina hace la función de “película fotográfica”: es un tejido situado en la parte de atrás del ojo, que reacciona a la luz convirtiéndola en impulsos eléctricos (que son enviados al cerebro a través del nervio óptico y traducidos en imágenes).
¿Qué es la miopía y cómo se corrige con la cirugía refractiva?
La miopía es un defecto ocular, que consiste en una curvatura excesiva del cristalino, cuya función es el correcto enfoque (el "objetivo"). Este defecto de refracción (de ahí el nombre de cirugía refractiva), hace que las imágenes lleguen a la retina (la "película fotográfica") deformadas, borrosas.
¿Y cuándo se da este defecto? Suele haber dos posibles causas:
- Cuando el globo ocular es muy alargado y hay demasiada distancia hasta la retina.
- Cuando el cristalino o la córnea tienen una forma anormal, con un exceso de curvatura.
Después de saber en qué consiste la miopía, resulta mucho más sencillo comprender cómo soluciona este defecto la operación láser de cirugía refractiva.
Mediante la cirugía refractiva, el médico especialista “esculpe” con el láser una nueva forma en la zona externa del ojo –la córnea-, estableciendo la distancia correcta entre la córnea y la retina para que las imágenes no lleguen borrosas, corrigiendo así de manera permanente el defecto refractivo del ojo causante de la miopía
La cirugía refractiva de miopía paso a paso
Toda la operación de miopía no dura más de 15 ó 20 minutos por ojo. Como parte del preoperatorio se aplican unas gotas anestésicas, por lo que el paciente ya llega a la operación con el ojo anestesiado y no sentirá ningún dolor o molestia.
La intervención de cirugía refractiva de miopía se realiza en 4 pasos:
- Para evitar que la sangre llegue al ojo mientras el oftalmólogo está operando, se coloca un microqueratomo (bomba de succión) en el ojo.
- Después, el médico realiza un corte circular en la córnea, dejando un extremo del círculo sin cortar. Una capa de la córnea se levanta para poder aplicar el láser.
- Se talla la córnea con el láser corrigiendo su curvatura. La aplicación del láser no dura más de unos segundos, dependiendo de cada paciente, las dioptrías que tenga y la forma de su ojo.
- Se vuelve a colocar la parte exterior de la córnea encima de la misma y se deja para que cicatrice sola.
La operación de miopía ha finalizado. El paciente puede irse a casa y permanecer descansando, ya que durante el día de la operación es posible que se experimenten molestias en el ojo al pasarse el efecto de la anestesia.
Tras la cirugía refractiva de miopía, el oculista te dará una serie de consejos postoperatorios de cuidados del ojo, y te citará para una revisión a los pocos días de la intervención para ir comprobando la adecuada cicatrización y el progreso de los resultados.